martes, 4 de marzo de 2008

Luis Cernuda (Los placeres prohibidos)(1931)

Diré cómo nacisteis
Diré cómo nacisteis, placeres prohibidos, como nace un deseo sobre torres de espanto, amenazadores barrotes, hiel descalorida, noche petrificada a fuerza de puños, ante todos, incluso el más rebelde, apto solamente en la vida sin muros.
Corazas infranqueables, lanzas o puñales, todo es bueno si deforma un cuerpo;
tu deseo es beber esas hojas lascivas o dormir en ese agua acariciadora.
No importa; ya declararan tu espiritu impuro.
No importa la pureza, los dones que un destinolevantó hacia las aves con manos imperecederas;
no importa la juventud, sueño más que hombre, la sonrisa tan noble, playa de seda bajo la tempestad de un régimen caído.

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